Un buen ejemplo del pobre rendimiento ruso en la aviación naval fue el avión de despegue vertical Yak-38. A diferencia del exitosísimo British Sea Harrier, el Yak-38 fue una apología de un avión de combate, superado desde casi todos los ángulos por sus rivales occidentales.

Como parte de la expansión masiva de la Marina Soviética bajo el mando del almirante Gorshkov, en 1975 ordenaron a Yakovlev que desarrollase un avión muy versátil. Con una mezcla sin precedentes de velocidad supersónica, despegue vertical y capacidad de aterrizaje y rango extendido, su principal papel sería defender a la Flota Naval Soviética y las rutas de navegación. El avión no solo funcionaría desde un portaaviones, sino también desde plataformas rodadas de despegue y aterrizaje que podrían colocarse en todo el país. 

Los diseñadores de Yakovlev desecharon la configuración de doble motor que era popular por aquellos días, como en los Yak-38 y el Sea Harrier. Military Today describe: “En cambio, crearon un diseño con un motor único que podía girar 95 grados hacia abajo con dos motores de empuje vertical adicionales, ubicados en el centro del fuselaje, justo detrás del centro de gravedad. Se prenderían solo durante el despegue vertical, el aterrizaje vertical y el planeo. Los ingenieros debieron extender el cuerpo de la aeronave para obtener estabilidad aerodinámica”. 

En 1977, la aeronave obtuvo luz verde para su cabal desarrollo. En marzo de 1987 llegaría el primer vuelo, y se llevaría a cabo el primer planeo en diciembre de 1989. En abril de 1991, el piloto de pruebas Andrei Sintsyn marcó doce récords mundiales para aeronaves VTOL que fueron reconocidos por la FAI (la Federación Aeronáutica Internacional). Pero pronto habría problemas que dejarían sin volar al tan prometedor avión de combate.

El 5 de octubre de 1991, una nave prototípica se estrelló mientras intentaba un aterrizaje de portaaviones. Luego llegaría la crisis financiera tras la disolución de la Unión Soviética. Esto se tradujo en que el Yakovlev se quedase solo, ahora debía obtener fondos de otras fuentes. 



Ingreso a Lockheed 

En un intento por seguir sobrevolando los turbulentos cielos de un imperio que colapsaba, Yakovlev comenzó a buscar un socio extranjero. Uno de los éxitos alcanzados fue el desarrollo del entrenador de combate Yak-130, en sociedad con la italiana Aermacchi. 

La otra sociedad sería con Lockheed Martin. A principios de los años 90, el ejército estadounidense decidió reemplazar sus bombarderos F-16, F-18 y A-10 por una familia común de aeronaves para sus tres servicios que operaban aeronaves. 

Lockheed Martin era una de las empresas que intentaban suscribir el multibillonario contrato con Joint Strike Fighter. Como los diseñadores estadounidenses no contaban con experiencia previa en el desarrollo de VTOL y el British Jaguar estaba pasado de moda, vieron el potencial del diseño de Yakovlev. 
Según el analista de aviación Bill Gunston, la sociedad Lockheed-Yakovlev nació hacia finales de 1991, si bien no fue hecha pública por Yakovlev hasta el 6 de setiembre de 1992, y no fue revelada por Lockheed Martin hasta junio de 1994. 

Lockheed inyectó cerca de 400 millones de dólares. Para Yakovlev, los frutos de la sociedad eran tres nuevos prototipos y una aeronave estática adicional de pruebas a fin de testear las mejoras en el diseño y la aviónica. Dos prototipos de los aviones fueron expuestos en la exhibición aérea moscovita de 1993. Ninguno voló. 

El verdadero ganador fue Lockheed. Sus diseñadores habían hallado una mina de oro —habían aprendido lo suficiente acerca de las técnicas de “lift plus lift cruise” de los rusos a fin de diseñar su prototipo del Joint Strike Fighter, conocido como el X-35, preparándose para batir el vuelo entre él y el Boeing X-32. 

Las similitudes del F-35B y el Yak-141 no radican solo en los motores, las toberas y los ventiladores. Las dos aeronaves incluso son muy parecidas en su aspecto, cual gemelos separados al nacer. Difícilmente esto sea una coincidencia, ya que debajo de la capucha de la aeronave estadounidense se encuentra un corazón ruso. 
Military Today sostiene que Lockheed Martin “probablemente utilizó la experiencia obtenida en este proyecto para desarrollar su propio caza polivalente F-35”. 

La verdad podría darse a conocer dentro de unos años si alguien de los bandos ruso o estadounidense se sentara a escribir sus memorias. Hasta entonces, todo lo que podemos decir es que si parece un Yak, vuela como un Yak y se desempeña como un Yak, debe serlo.

Tecnología rusa de despegue 

Lift Plus Lift Cruise: un concepto del vuelo vertical a reacción que utiliza un motor principal tanto para vuelos hacia adelante (crucero) como para el empuje vertical, mediante el uso de toberas vectoriales a 90 grados, con un motor de "levante" adicional al frente para el equilibrio y un empuje vertical extra.

Ventilador remoto: Un concepto para vuelos verticales a reacción similares al Lift Plus Lift Cruise, pero con el motor de levante frontal reemplazado por un ventilador de accionamiento remoto, el cual utiliza energía del motor principal. La energía puede transmitirse ya sea a través de un eje o una diversión y el conducto de gases del motor.

Ambas tecnologías fueron originariamente propuestas por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Desarrolladas por los rusos, ahora se encuentran en el corazón del F-35B.

Rakesh Krishnan Simha
http://rusiahoy.com