Dentro del más que
elogiable ejercicio de la transparencia informativa que ofreció el AJEMA
(Almirante jefe del Estado Mayor de la Armada), almirante Jaime
Muñoz-Delgado, durante el reciente encuentro con periodistas de Defensa,
podemos situar la preocupación que manifestó sobre el futuro de las
capacidades que tiene actualmente la Armada de poder contar con aviones
de combate embarcados.
Actualmente la Flotilla de Aeronaves
cuenta con 17 cazabombarderos Boeing AV-8 Harrier, que dotan a la 9ª
Escuadrilla, de los que, desgraciadamente, según se acaba de anunciar, 4
de los 16 monoplazas van a ser dados de baja. Estos aparatos son los
que no fueron modernizados en su momento a la versión con radar y que
actualmente estaban siendo transformados a la variante denominada Night
Attack, que los hubiera convertido en unos eficaces aviones de ataque al
suelo.
A esta grave pérdida se han de sumar las pocas posibilidades, dados los continuos recortes de los presupuestos de Defensa, de poder financiar un programa para adquirir aparatos Lockheed Martin F-35B Lighting II para sustituir a los Harrier a medio plazo, la única alternativa del mercado, según afirmó el AJEMA.
A esta grave pérdida se han de sumar las pocas posibilidades, dados los continuos recortes de los presupuestos de Defensa, de poder financiar un programa para adquirir aparatos Lockheed Martin F-35B Lighting II para sustituir a los Harrier a medio plazo, la única alternativa del mercado, según afirmó el AJEMA.
Respecto a la
futura posibilidad de adquirir el sistema y la viabilidad para mantener
esta vital capacidad, y tras referir que en su momento no se pudo entrar
en este costoso programa, el Muñoz-Delgado se pronunció términos como
complicado y futuro delicado. También recordó que la vida operativa de
los Harrier finalizará entre 2020 y 2025 y que obviamente su sustitución
debería estar ya en camino.
Entre las posibles soluciones estaría la de unir sinergias con el Ejército del Aire, aunque en este punto nos volvemos a topar con los raquíticos presupuestos de Defensa, que tienen pocos visos de mejorar. Otra opción, de mantenerse la actual excelente sintonía con los Estados Unidos, pasaría por la posibilidad de adquirir una decena o docena de aparatos de segunda mano procedentes del USMC (US Marine Corps).
Entre las posibles soluciones estaría la de unir sinergias con el Ejército del Aire, aunque en este punto nos volvemos a topar con los raquíticos presupuestos de Defensa, que tienen pocos visos de mejorar. Otra opción, de mantenerse la actual excelente sintonía con los Estados Unidos, pasaría por la posibilidad de adquirir una decena o docena de aparatos de segunda mano procedentes del USMC (US Marine Corps).
Hay una necesidad de solucionar este vital
punto para el futuro de la Armada, de tal forma que el LHD Juan Carlos I
pueda seguir embarcando aparatos de combate de ala fija, que, además de
servir de paraguas de la flota, posibiliten la proyección el poder
aéreo, tanto ante amenazas navales, como para apoyar eventuales acciones
anfibias de la Infantería de Marina
Julio Maíz Sanz
Fotografía: Lockheed Martin F-35 (foto US Navy).
Fotografía: Lockheed Martin F-35 (foto US Navy).
defensa.com
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