martes, 8 de abril de 2014

Así nos ayudan los satélites en nuestro día a día

 

 



El empeño del ser humano por explorar los confines del Universo ha posibilitado que la industria espacial, a través de la evolución científica y tecnológica, haya podido, entre otras cosas, crear multitud de satélites que nos hacen nuestro día a día más sencillo. Y es que, sin ser conscientes de ello, cada uno de nosotros utiliza, prácticamente a diario, uno o varios satélites para que nuestra vida sea más fácil.

El primer lugar del ránking lo ocupan las plataformas de comunicaciones, que han transformado la Tierra en una aldea global, donde lo que sucede en un lugar es inmediatamente conocido en el resto del planeta. “Los satélites nos permiten escuchar emisoras de radio españolas en cualquier parte del mundo, mantener conversaciones telefónicas transatlánticas mediante aparatos fijos o móviles”, asegura Juan Garcés de Marcilla, director general de Thales Alenia Space España, una importante empresa del sector a escala mundial. “Sin los satélites, por ejemplo, la gente se levantaría por la mañana y el mundo sería distinto”, destaca, "porque no habría GPS, ni televisión en directo, las tripulaciones de los barcos quedarían incomunicadas, la distribución de petróleo, gas y electricidad se colapsaría y servicios como Google Maps no funcionarían”.

Aunque existen en órbita decenas de satélites de comunicaciones, la compañía que lidera el mercado nacional y ocupa la cuarta posición a escala mundial es el operador español Hispasat que, con sus siete satélites facilita nuestras conversaciones con los países del continente americano, centroeuropa y el Norte de África. Carlos Espinós, consejero delegado de Hispasat, subraya que “diariamente, numerosas cadenas de televisión españolas y latinoamericanas utilizan nuestros satélites para difundir su señal y sus corresponsales en las capitales extranjeras pueden estar presentes en los informativos,y ofrecer en directo sus crónicas".







Un planeta bajo vigilancia

Los satélites meteorológicos también han revolucionado nuestra visión del mundo. Gracias a ellos, estamos constantemente informados del tiempo y las temperaturas. No sólo ayudan a establecer las previsiones climáticas, sino que permiten prever el nacimiento y movimiento de tormentas y huracanes, a la vez que nos alertan de inundaciones, movimientos sísmicos o erupciones volcánicas. También, por supuesto, vigilan la evolución del cambio climático. Son los Meteosat europeos, los NOAA norteamericanos y los INSAT-3 de la India, por citar algunos ejemplos. Otra gama de satélites cuyos servicios son poco visibles para el ciudadano de a pie son los que vigilan la atmósfera, los océanos y la superficie terrestre. Son los llamados satélites de observación de la Tierra o de tele-detección, que proporcionan datos con los que los técnicos pueden mejorar las labores agrícolas, facilitar la gestión de las tierras ayudar a la planificación urbana, e incluso concebir medidas para controlar la contaminación.

Controlan la evolución de los hielos

“Hay ingenios especializados en vigilar los océanos, para controlar la evolución de las poblaciones de peces, supervisar las rutas y el tráfico marítimo y observar la polución marina”, asegura Marta Escudero, responsable de la división espacio de la empresa española GTD. Uno de ellos es el Cryosat 2, que controla el grado de fusión de los glaciares e informa a los barcos sobre los icebergs que van la deriva, con lo que evita que se produzcan desastres de la magnitud del hundimiento del Titanic.. También existen satélites de salvamento y rescate, que recogen las señales de socorro que emiten barcos o aviones en peligro. El principal es el sistema mundial Cospas-Sarsat, una red espacial que, desde su activación en 1982 hasta octubre de 2013, ha logrado rescatar a más de 33.000 personas en todo el mundo, principalmente por hundimientos en alta mar.


Otros tipos de satélites se dedican a observar y estudiar la atmósfera que envuelve la Tierra. En la década de los 70, este tipo de ingenios descubrió el adelgazamiento de la capa de ozono y nos alertó del peligro que nos acechaba. El resultado ha sido que, durante los últimos 30 años, varios satélites especializados han seguido día tras día la evolución del famoso agujero de la capa de ozono. Uno de ellos ha sido el Envisat, el mayor ingenio de la Agencia Espacial Europea (ESA), un mastodonte de 8,2 toneladas que acaba de culminar sus servicios tras diez años de servicio.

Para la guerra y la paz

Los satélites militares son los más desconocidos. Este tipo de ingenios son especialmente importantes en situaciones de guerras o conflicto, pero más aún para mantener la paz o la confianza entre países enfrentados. De hecho, la mayoría de los más de 3.500 satélites militares lanzados hasta la fecha se dedican a observar o escuchar con fines gubernamentales. Gran parte de ellos están equipados con potentes cámaras digitales que escanean la superficie terrestre en busca de instalaciones y actividades de naturaleza militar.

Entre estos últimos están los satélites Helios, que serán seguidos por el 'Paz' y el 'Ingenio' del operador español Hisdesat. Para Miguel Ángel Panduro, consejero delegado de Hisdesat, “gracias a los satélites, los militares españoles disponen de potentes ojos y oídos”. También existen satélites espía que captan las comunicaciones del potencial enemigo en busca de datos que descubran movimientos de tropas, aviones, barcos o submarinos. Según Panduro, “nuestras redes militares de mando y control, al igual que las tropas españolas en Líbano y Afganistán, necesitan de los satélites para planificar y dirigir sus operaciones”.


Tal es la importancia de este tipo de satélites, como los Lacrosse, Topaz y KH-11 norteamericanos, que el Tratado de Reducciones de Ofensivas Estratégicas o SORT firmado en 2002 entre EE.UU. y Rusia -que limitaba el arsenal de ojivas nucleares operativas a 2.200- fue criticado porque los satélites espía no podían verificar los acuerdos alcanzados.

Otro de los papeles poco conocidos que han jugado los satélites militares es la vigilancia de las explosiones de armas atómicas. Desde el espacio es posible observar todas las pruebas y ensayos nucleares llevados a cabo en cualquier lugar de la Tierra por cualquier nación. Los llamados DSP -acrónimo de Defense Support Program- son útiles para vigilar a las naciones que tratan de desarrollar y dotarse con armas nucleares -como Irán y Corea del Norte-.

Los DSP permiten saber cuándo y dónde se llevan a cabo explosiones nucleares y cuál es su potencial de destrucción. En la actualidad, los satélites de vigilancia nuclear verifican el cumplimiento de los tratados de prohibición de ensayos nucleares, y saber quién lleva a cabo ensayos con armas atómicas.

Dónde estoy y a dónde voy
 
La constelación de satélites más conocida en el mundo -aunque la mayoría ignora que se trata de un desarrollo concebido, fabricado, puestos en órbita y operado con fines militares- es el sistema de posicionamiento global GPS -Global Positioning System-. 

Desarrollado por la Fuerza Aérea norteamericana, su razón de ser se encuentra en la necesidad de guiar con precisión a sus objetivos tanto a los buques, como a los aviones de combate, los helicópteros de ataque y los misiles. Aunque el primer satélite GPS se lanzó en 1978, el sistema no estuvo operativo hasta 1992. El éxito de su difusión comercial radica en su gran rapidez en obtener la posición, su precisión y su cobertura global y continua.

Ambas familias de satélites permiten determinar con precisión cuál es la posición de un objeto, barco o aeronave en cualquier lugar por tierra, mar o aire. Cientos de millones de personas utilizan cada día tanto los satélites GPS como los rusos GLONASS, tanto para orientarse como para desplazarse o navegar.



J. Pons
http://www.onemagazine.es



LOS SATÉLITES:

1/Meteosat
Misión: Observar el tiempo atmosférico y el clima sobre Europa y otras regiones para poder efectuar predicciones meteorológicas.
Primer lanzamiento: 23 de noviembre de 1977 (Meteosat 1); su última evolución, el MSG3, se puso en órbita el 5 de julio de 2012.
Cómo funciona: Sus sensores infrarrojos y radar ven las nubes y captan hasta las pequeñas zonas de baja presión pero de gran intensidad, lo que permite a los meteorólogos alertar sobre la inminencia de huracanes, mareas, olas de frío o calor, o la evolución de la capa de ozono.
Peso: 2.037 kg.
A qué altura orbita: 36.000 km.
Nacionalidad: Europa

2/Cryosat 2*
Misión: Averiguar el grosor y ritmo de destrucción del manto helado de los Polos.
Lanzamiento: 8 de abril de 2010.
Cómo funciona: Un avanzado radar capta imágenes tridimensionales de alta resolución y muestra una imagen con la forma y relieve de los hielos polares y qué variación está experimentando del grosor de los hielos.
Peso: 684 kg.
A qué altura orbita: 727 km.
Nacionalidad: Europa
*Cryosat 1 fue lanzado el 8 de octubre de 2005, pero un fallo en sus motores cohete impidió su puesta en órbita.

Aura
Misión: dedicado a la observación y medición de la capa de ozono, la calidad del aire y el clima
Lanzamiento: 15 de julio de 2004
Cómo funciona: Cuenta con cuatro instrumentos que estudian la composición, la química y la dinámica –es decir, el movimiento- de las capas alta y baja de la atmósfera de la Tierra. Permite observaciones globales diarias de la capa de ozono troposférico, del monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno, y dióxido de azufre.
Peso: 2.967 kg.
A qué altura orbita: 705 km.
Nacionalidad: Estados Unidos


NAVSTAR GPS
Misión: Determinar la posición de un objeto, una persona, un vehículo, barco o aeronave en cualquier parte del mundo, con una precisión de pocos metros.
Último lanzamiento: 15 de mayo de 2013 (GPS IIF-4)
Cómo funciona: Cada uno de los 24 satélites de la constelación emite una señal que contiene su identificación y la hora de cada uno de ellos. Basado en dichas señales, el receptor sincroniza el reloj del GPS y calcula el tiempo que tardan en llegar las señales, mide la distancia a cada satélite y determina las coordenadas reales del punto de medición.
Peso: 1.630 kg.
A qué altura orbita: 20.200 km.
Nacionalidad: Estados Unidos.

Constelación Cospas-Sarsat
Misión: Salvamento y rescate.
Primer lanzamiento: 29 de junio de 1982 (satélite Cosmos 1383).
Ultimo lanzamiento: 6 de febrero de 2009 (NOAA-19).
Cómo funciona: Reciben las señales de los barcos y aeronaves en peligro y las transmiten a los centros terrestres de control. Desde ellos se activa el operativo de salvamento y rescate por tierra, mar y aire. El centro de control español se encuentra en la estación espacial de Maspalomas, en Gran Canaria.
Peso: 1.440 kg.
A qué altura orbita: 870 km.
Nacionalidad: organización internacional Cospas-Sarsat.


Envisat
(Fuera de servicio desde el 8 de abril de 2012).
Misión: Satélite de observación terrestre construido por la Agencia Espacial Europea (ESA).
Lanzamiento: 1 de marzo de 2002.
Cómo funciona: Sus diez instrumentos miden los gases de efecto invernadero, los cambios de nivel de los océanos, la fusión de glaciares, la destrucción de bosques tropicales, los restos de hidrocarburos en el mar así como los efectos de las inundaciones y erupciones volcánicas.
Peso: 8.200 kg.
A qué altura orbita: 790 km.
Nacionalidad: Europa.

Landsat
Misión: Observar la Tierra en alta resolución, supervisar los cambios que se produzcan en ella debidos a causas naturales o humanas y detectar recursos naturales.
Primer lanzamiento: 23 de julio de 1972
Ultimo lanzamiento: 11 de febrero de 2013 (Landsat 8)
Cómo funciona: Sus sensores térmicos y lumínicos toman unas 400 fotografías diarias y dan cobertura completa al globo terráqueo cada 16 días, algo que sirve para mejorar los estudios climáticos.
Peso: 2.623 kg.
A qué altura orbita: 704 km.
Nacionalidad: Estados Unidos.

Amazonas 3
Misión: Ofrecer Internet por banda ancha de alta velocidad y para servicios interactivos y aplicaciones multimedia, difusión de TV, así como despliegue de redes corporativas de telefonía fija y móvil.
Lanzamiento: 7 de febrero de 2013.
Cómo funciona: Cuenta con 19 transpondedores (elementos que reciben una señal y la devuelven amplificada) que le permiten transmitir más información en un haz y que sus señales puedan ser recibidas en antenas terrestres mucho más pequeñas.
Peso: 6.200 kg.
A qué altura orbita: 36.000 km.
Nacionalidad: España.


INSAT 3
Misión: Observar el tiempo atmosférico y el clima sobre el continente indio y el resto de Asia para poder efectuar predicciones meteorológicas.
Último lanzamiento: 25 de julio de 2013 (INSAT-3D).
Cómo funciona: Sus diferentes sensores permiten a los meteorólogos pronosticar la inminencia de huracanes, inundaciones, olas de calor y la llegada de los monzones.
Peso: 2.000 kg.
A qué altura orbita: 36.000 km.
Nacionalidad: India.

CloudSat
Misión: Medir la distribución, abundancia, estructura y propiedades de las nubes.
Lanzamiento: 28 de abril de 2006
Cómo funciona: Su avanzado radar de ondas milimétricas mide las microondas reflejadas por las nubes en función de la distancia a la que se encuentran.
Peso: 848 kg.
A qué altura orbita: 702 km.
Nacionalidad: Estados Unidos

Aqua (EOS-PM 1)
Misión: Satélite de observación de la Tierra dedicado al estudio del ciclo del agua.
Lanzamiento: 4 de mayo de 2002.
Cómo funciona: Dispone de siete instrumentos que miden la radiación ultravioleta, el equilibrio energético y la temperatura de la atmósfera, los perfiles de humedad de las nubes, la tasa de lluvia, así como el viento y la temperatura en la superficie de los mares.
Peso: 3.117 kg.
A qué altura orbita: 700 km.
Nacionalidad: Estados Unidos.

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