viernes, 18 de julio de 2014

¿Cómo se puede saber quién disparó el misil con el que se ha derribado un avión en Ucrania?


 


Hay varios hechos incontestables: el Boeing 777-200 derribado era un avión civil, con pasajeros civiles, con rumbo ajeno a lo que estaba sucediendo en Ucrania, siguiendo una ruta comercial y a la altitud correcta.

Dos grandes grupos de causas pudieron derribarle: causas internas o causas externas. En el primer caso, podría ser una súbita despresurización de la cabina o una explosión causada por un artefacto no detectado en los controles de pasajeros y equipajes –lo que explicaría la súbita desaparición de las pantallas de radar-. También podrían ser graves fallos en sistemas fundamentales del avión, pero esto parece menos probable porque nunca hay una sola causa y el piloto habría avisado a los controles en tierra del inicio de la emergencia nada más ser detectada.

Esto lleva al siguiente grupo de causas: las de origen externo. Descartando, dada la altitud, que los dos motores hubieran quedado inutilizados a la vez por haber engullido grandes pájaros volando en una bandada, habrá que señalar una causa de gran fuerza que sólo puede ser originada por la voluntad de derribarlo.

 
Volando a 30.000 pies de altitud -10.000 metros-, sólo hay dos medios para derribar un avión tan grande como este modelo –mide más de 60 metros de longitud por otros tantos de envergadura-: dañándolo con disparos de cañón o con la explosión de un misil. Lo primero señala a un avión de caza, lo segundo también, junto con los misiles antiaéreos lanzados desde tierra.

AVIÓN DE CAZA O MISIL ANTIAÉREO

A un avión de caza le cuesta muy poco llegar hasta la altura de un avión grande y de trayectoria rectilínea como un avión de pasajeros y dispararle con su cañón –de 30 mm de calibre, según los modelos- o lanzarle uno o varios misiles –de los que hay varios tipos de potencia y alcance-. Lo más dificultoso de este proceso es la identificación y señalamiento previo del blanco por parte del controlador que guíará al piloto de caza.

 
En cualquier caso, ya sea un ataque aéreo o la acción de misiles disparados desde el suelo, se necesita un proceso, un tiempo necesario para detectar el blanco, identificarlo, tomar la decisión de derribarlo, dar la orden u obtener la autorización, programar en disparo, etc. Hacen falta unos individuos que lleven a cabo este proceso y otros que asuman la responsabilidad de lo que va a ocurrir.

Y este detalle es sumamente importante porque estaríamos ante el gravísimo hecho de atacar a un avión civil ajeno por completo al conflicto, lo que podría constituir un crimen de guerra, de posibles consecuencias, no ya sobre los militares relacionados, sino sobre los políticos situados por encima de ellos.

Habría de descartarse que el derribo fuera obra voluntaria de un incontrolado y fanático que hubiera robado un misil antiaéreo aprovechando la fractura de las fuerzas armadas de Ucrania. Y también el hecho de que, adiestrándose con el misil –o incluso jugando con él-, lo disparara involuntariamente, ya que en situaciones irregulares en las que las armas caen en manos de no militares –revolucionarios, milicianos…- pueden ocurrir situaciones de descontrol como esta.

Los únicos misiles de esa zona que pueden robarse, esconderse en lugares relativamente pequeños como una furgoneta, y salirse del control de los mandos militares son los de origen ruso que, en código OTAN, se llaman Grail (SA-7 Strela en ruso), pues miden menos de 2 metros y pesan unos 15 kg cada uno. Pero, en este caso, ha de descartarse su lanzamiento porque estos misiles no son capaces de subir más allá de los 7.000 pies –unos 2.300 m-, y el avión derribado iba a 3.000 pies más alto –un kilómetro más-.

Esto lleva a señalar sistemas de misiles antiaéreos más potentes y capaces como, por ejemplo aunque no serían los únicos, los que desde el inicio se han señalado: los de fabricación rusa que en código OTAN se llaman Gladfly -tábano-. 

Son misiles de casi 700 kg de peso, capaces de subir hasta los 72.000 pies –unos 22.000 metros-, más del doble de la altitud a la que volaba en avión derribado. Para dispararlos se necesita un radar de exploración del espacio aéreo, un proceso de elección del objetivo, una transferencia de datos a otro radar –el que dirigirá el misil-, y la programación del o los misiles. Una vez tomada la decisión de dispararlo, el misil volará hacia el objetivo a una velocidad que puede alcanzar los 2 o 3 mach –el doble o el triple de la velocidad del sonido, que es de unos 1.200 km/h-. Desde luego, nadie en el avión de pasajeros pudo percatarse de lo que iba a suceder.

¿PODRÍA AVERIGUARSE QUIÉN LANZÓ EL MISIL?

Centrados en la mayor probabilidad de que la causa del derribo haya sido un misil, pasamos a la cuestión del origen del disparo, qué bando de los enfrentados –ucranianos y rebeldes ucranianos pro rusos-, o incluso los rusos lo lanzó.

Esto sólo podría averiguarse si se localizaran, entre los restos, piezas del misil que permitieran identificar el tipo y además conservaran números de serie que, contrastándolos con los inventarios del ejército de Ucrania se viera que el misil le perteneció o si lo tenía identificado como en poder de los pro rusos. Asimismo, la comparación con los inventarios rusos daría como resultado que estaba en su poder o no. Pero el avión ha caído en una zona controlada por los pro rusos que, según se ha relatado, se han hecho con la ‘caja negra’ y la han remitido a Moscú.

En cualquier caso, esto no deja de ser una conjetura que, muy probablemente, no conducirá a ningún resultado, ya que, como en alguna ocasión se ha dicho, en las guerras la primera víctima es la información. Cada bando llevará a cabo su propia batalla, esta vez para vencer en el terreno de la información o desinformación.

¿QÚE HA PODIDO PASAR?

Falta aun una última consideración, como es la de que, efectivamente, el misil fue lanzado, pero no contra ese avión de pasajeros. Esta semana se ha producido el derribo de dos aviones militares ucranianos –un An-26 de transporte y un Su-25, de apoyo táctico-. ¿Por qué no considerar que el objetivo era, en realidad, otro avión militar ucraniano?

Los misiles modernos siguen siendo máquinas que en su naturaleza está la posibilidad de que no funcionen como se espera. De hecho, al querer batir un blanco, se considera el número de proyectiles que harán falta para lograr su destrucción en un porcentaje suficiente. Así, el número de proyectiles a disparar puede ir desde uno solo para los sistemas más potentes, fiables y precisos, hasta varias decenas o más de ellos, si son menos precisos.

Así pues, habrá que considerar un fallo en los sistemas de guiado del misil que hubiera acabado por ‘confundir’ al avión de pasajeros con el objetivo a batir. En caso contrario, es decir, si no se diera esta circunstancia, el ataque deliberado a un avión civil ajeno por completo al conflicto, constituiría un crimen de guerra.

(Foto: Newsweek)
A. Manzano
http://www.onemagazine.es

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Tecnology Militar Copyright © 2011 - 2012 - |- Template created by Leit0s - |- Powered by tecnologamilitar